Si, si, ya se que hace tiempo que no escribo nada. Que me compré la maldita consola y no paro con ella. Vale, ya no hablo más de la Xbox de las narices...
Pues bien, hace una semanita quedamos Juanma y yo un día entero para conectar las consolas y viciar hasta que se nos secaran los ojos.
Y como el hombre no solo vive jugando y necesita comer, se me encargó la dura tarea de buscar alimento. Allá nos fuimos Yaid y yo al Mercadona (para los que me conocéis, sabéis que lo digo siempre con voz de drogata; es que ese nombre... metadona). Bien, nos plantamos en el lugar. Compramos unas cuantas viandas y cuando casi terminamos... "Leches, Juanma me dijo que le comprara unas patatas fritas"
Allí nos dirigimos, incautos, felices e ignorantes de nuestro futuro. Me pongo a mirar los estantes hasta que mi vista se fija en un triste paquete. Y empiezo a leer "Patatas fritas sabor... POLLO ASADO"
¿Que?
Que se pare el mundo que me bajo.
Por supuesto no me pude resistir y las compré.
¿El sabor? Es el mismo que el de coger un pollo reseco con todas sus plumas y lamerlo -Juanma dixit-
¿La partida? Genial, gané con diferencia al juego de los comanderos (Call of Duty Modern Warfare) y a los otros también.